Fráncfort del Meno – En una entrevista de amplio alcance con Reuters El vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luis de Guindos, ofreció una perspectiva excepcional sobre el enfoque del BCE en un contexto de creciente incertidumbre global. Con la inflación en desaceleración y el aumento de las tensiones comerciales, de Guindos explicó cómo el banco central está gestionando una economía mundial cada vez más fragmentada y por qué mantiene su confianza en su camino hacia la estabilidad de precios.
La pausa en los recortes de tasas refleja incertidumbre, no complacencia
La presidenta Christine Lagarde señaló recientemente que el BCE se encontraba en una buena posición, lo que provocó especulaciones sobre una pausa en los recortes de tipos. De Guindos confirmó esta interpretación, enfatizando que la decisión no refleja complacencia, sino la enorme incertidumbre que rodea las perspectivas, especialmente en lo que respecta a la política comercial.
“El resultado final de las negociaciones comerciales es, con diferencia, el factor de incertidumbre más relevante que consideramos en nuestras proyecciones”, afirmó. El BCE ha publicado escenarios alternativos por primera vez desde la pandemia, incluyendo un escenario base que asume la ausencia de represalias y un arancel del 10%, frente a un escenario adverso más severo que implica aranceles más altos y represalias.
Los mercados, señaló, han interpretado correctamente la postura del BCE. «Incluso en este contexto de enorme incertidumbre, creo que los mercados creen y descartan que estamos muy cerca de nuestro objetivo de una inflación sostenible del 2% a medio plazo».
Aranceles: un arma de doble filo
De Guindos describió los aranceles como una fuerza compleja: inicialmente inflacionaria, pero potencialmente deflacionaria a mediano plazo debido a su impacto negativo en la demanda y el crecimiento. También advirtió sobre los riesgos a largo plazo derivados de las guerras comerciales.
“Una guerra comercial a gran escala podría generar fragmentación en la economía global y distorsiones en las cadenas de suministro”, afirmó. “Eso sería inflacionario a largo plazo”. Si bien los aranceles podrían reducir la inflación en los próximos dos años, el BCE debe mantenerse alerta ante posibles cambios estructurales más allá de su horizonte de proyección actual.
Perspectivas de inflación: Convergiendo al 2%, pero sin garantías
Las últimas proyecciones del BCE muestran que la inflación caerá por debajo del 2% antes de volver al objetivo en 2027. Cuando se le preguntó si esto era simplemente un reflejo de la reversión a la media (una tendencia estadística a que la inflación vuelva a la tendencia), De Guindos reconoció el desafío.
“Para 2027, prevemos que la inflación vuelva al 2%, ya que no prevemos una mayor apreciación del euro ni una caída de los precios de la energía”, explicó. “Pero el nivel de incertidumbre es enorme. Debemos basarnos en los datos y tomar decisiones reunión por reunión”.
Minimizó la preocupación por no alcanzar el objetivo, señalando que la dinámica salarial se estaba enfriando y que la remuneración por empleado se mantenía en torno al 3%. "No creo que una inflación cercana al 1.4% en el primer trimestre de 1 vaya a desestabilizar las expectativas", afirmó.
Política fiscal: un factor impredecible en crecimiento
Ante la expectativa de que Europa incremente el gasto en defensa, de Guindos analizó las implicaciones fiscales. «Necesitaremos más apoyo de la ciudadanía europea», afirmó. «Los gobiernos tendrán que explicar claramente la necesidad de un mayor gasto en defensa; es una cuestión de independencia y autonomía».
Advirtió, sin embargo, que gran parte del gasto previsto podría tardar en materializarse. «Este tipo de gasto tarda en implementarse, por lo que el impacto en la inflación y el crecimiento no será significativo a corto plazo».
Cuando se le preguntó si el BCE podría respaldar ese gasto mediante medidas específicas como la flexibilización cuantitativa o las TLTRO, de Guindos fue claro: "Esto es algo que no hemos discutido".
Las dudas sobre el dólar y el auge del euro
Las recientes tensiones geopolíticas y los cambios en la política estadounidense han generado crecientes dudas sobre el papel del dólar como moneda de reserva dominante. De Guindos reconoció que algunos bancos centrales están aumentando sus reservas de oro, pero descartó los rumores de un cambio inminente.
“El papel del dólar estadounidense como moneda de reserva a corto plazo no se verá cuestionado”, afirmó. “A medio plazo, la clave está en lo que ocurra en Europa: si logramos un mercado más integrado, el euro ganará terreno”.
También abordó la reciente fortaleza del euro, que actualmente cotiza a 1.15 dólares. «No será un gran obstáculo», afirmó. «Más que un nivel específico, nos fijamos en la velocidad de la evolución. Hasta ahora, la evolución ha sido bastante controlada».
El euro digital: una prioridad estratégica
El BCE mantiene su compromiso con el lanzamiento de un euro digital, a pesar del lento avance legislativo en Bruselas. «Desde nuestra perspectiva, es evidente que un euro digital es sumamente relevante y útil en el contexto de los pagos en Europa», declaró de Guindos. «Espero que podamos convencer a los legisladores».
Definió el euro digital como un bien público: «La gente siempre quiere dinero público. Si dudan de poder convertir su saldo en cuenta corriente en billetes, puede producirse una corrida bancaria. El euro digital desempeñará un papel similar en un mundo digital».
Mirando hacia el futuro: Revisión de la estrategia y fragmentación global
Al reflexionar sobre las lecciones aprendidas durante el aumento repentino de la inflación, de Guindos enfatizó la importancia de la flexibilidad. "Hemos aprendido que debemos reaccionar con firmeza ante la inflación cuando es demasiado alta", afirmó. "Y ahora estamos prestando más atención a las consideraciones de estabilidad financiera".
La próxima revisión de la estrategia del BCE, añadió, será evolutiva, no revolucionaria. Se centrará en cómo ha cambiado el marco global en los últimos años, en particular ante la creciente fragmentación económica.
“No tuvimos ninguna conversación sobre comercio en 2021”, señaló. “Ahora, el comercio es una de las mayores incertidumbres que enfrentamos”.
Conclusión: Un banquero central en un mundo multipolar
Mientras el BCE navega en un mundo marcado por alianzas cambiantes, nuevas tecnologías y renovadas tensiones geopolíticas, de Guindos dejó en claro que la institución se está preparando para un futuro donde la flexibilidad y la vigilancia son primordiales.
«La política monetaria no puede resolverlo todo», concluyó. «Pero puede —y seguirá— adaptándose para garantizar la estabilidad de precios en un mundo cambiante».