El informe, que abarca el período de septiembre a noviembre de 2024, describe la intensificación de los ataques rusos contra zonas pobladas, ataques deliberados contra la infraestructura energética y esfuerzos para restringir los derechos fundamentales.
“Detrás de cada uno de los hechos y cifras de este informe hay historias de pérdidas y sufrimiento humano, que muestran el impacto devastador de la guerra en Ucrania”, dijo Danielle Bell, Jefe de la HRMMU.
“Septiembre marcó el número de víctimas mensual más alto desde julio de 2022, y mi equipo documentó 574 civiles muertos y 3,032 heridos en los tres meses”, señaló con gravedad.
Aumento del número de víctimas y sufrimientos civiles
El 93 por ciento de las víctimas registradas ocurrieron en zonas controladas por el Gobierno, particularmente en Donetsk, Kharkiv y Kherson, donde la actividad militar sigue siendo intensa.
Las bombas aéreas modificadas, que ahora pueden planear decenas de kilómetros sobre grandes ciudades como Járkov y Sumy antes de explotar, han exacerbado la devastación.
El bombardeo de Zaporizhia el 7 de noviembre solamente Mataron a nueve civiles e hirieron a 42, mientras que los drones de corto alcance mataron a 67 e hirieron a 528.
Las fuerzas rusas también han reanudado los ataques aéreos a gran escala contra la infraestructura energética crítica de Ucrania.
Los días 17 y 28 de noviembre las huelgas se redujeron aún más UcraniaLa capacidad energética de la región se vio afectada a medida que se acercaba el invierno, interrumpiendo los sistemas de electricidad, agua, calefacción y transporte en varias regiones.
Malos tratos continuados de prisioneros de guerra
El informe detalla las continuas ejecuciones, torturas y malos tratos a los prisioneros de guerra.
Desde agosto de 2024, ha habido un aumento notable de denuncias creíbles de ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos, con al menos 62 víctimas en 19 incidentes.
La verificación independiente de estos asesinatos ha Confirmada la muerte de 15 prisioneros de guerra ucranianos.
Las entrevistas con 42 prisioneros de guerra recientemente liberados, entre ellos 11 mujeres, revelaron que todos ellos habían sufrido torturas, incluidas palizas, descargas eléctricas y confinamiento solitario prolongado.
La violencia sexual también fue frecuente, tanto contra mujeres como contra hombres.
Por otra parte, si bien el informe reconoce el maltrato a los prisioneros de guerra rusos, particularmente durante su detención inicial por parte de las autoridades ucranianas, se señala que estos casos parecen más aislados en comparación con la tortura generalizada de prisioneros ucranianos.
Rusia fortalece su control sobre los territorios ocupados
Además, Rusia ha impuesto sus leyes en las regiones ocupadas, violando sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario, incluido el requisito de que los residentes obtengan la ciudadanía rusa para conservar sus derechos de propiedad.
Las casas que fueron abandonadas a la fuerza han sido confiscadas, lo que hace casi imposible que los residentes desplazados regresen.
Las autoridades rusas también han introducido una nueva política cultural destinada a “integrar” a los niños de los territorios ocupados en la sociedad rusa.
Esta política incluye entrenamiento militar obligatorio para niños, incluidas lecciones sobre granadas, armas pequeñas y lanzagranadas antitanque.
La libertad religiosa también ha sido restringida por ambos gobiernos.
En Crimea, los testigos de Jehová enfrentan persecución bajo las leyes antiextremismo de Rusia, mientras que un grupo musulmán ha sido disuelto por presuntas actividades “extremistas”.
Por otra parte, en el territorio controlado por el Gobierno de Ucrania entraron en vigor nuevas disposiciones jurídicas relativas a las organizaciones religiosas, limitando la libertad de creencia y de expresión religiosa.
El camino hacia adelante
Mientras la guerra continúa devastando Ucrania, el informe pide que se respete de manera crítica el derecho internacional humanitario y derechos humanos ley.
“El ataque armado contra Ucrania ha continuado sin cesar durante casi tres años. En medio de tanto sufrimiento, es imperativo intensificar los esfuerzos para defender el derecho internacional humanitario y los derechos humanos”, dijo la Sra. Bell.
A medida que se acerca el invierno y la guerra no muestra un final a la vista, la urgencia de estos esfuerzos se hace aún mayor.