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Miércoles, enero 15, 2025
EconomíaLa histórica sentencia Micula de los tribunales europeos repercute en la protección de los inversores

La histórica sentencia Micula de los tribunales europeos repercute en la protección de los inversores

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Marijana Milić
Marijana Milić
Marijana Milić, consultora jurídica y económica independiente. Ha trabajado como asesora política en el Parlamento Europeo durante muchos años.

BRUSELAS — Pocas disputas en materia de inversiones han atraído tanta atención mundial como el caso de los hermanos Micula, dos inversores rumanos afincados en Suecia, que emprendieron una batalla legal que duró décadas contra Rumania. Lo que comenzó como un esfuerzo por hacer valer sus derechos en virtud de un tratado bilateral se ha convertido en una odisea jurídica que plantea profundas preguntas sobre la gestión del arbitraje internacional por parte de la Unión Europea y su respeto por las protecciones a los inversores.

La disputa, formalmente conocida como Micula y otros contra Rumania, se remonta a 1998, cuando Ioan y Viorel Micula invirtieron en Rumania en virtud del Tratado Bilateral de Inversión (TBI) entre Suecia y Rumania. El tratado fue diseñado para promover el desarrollo económico en las zonas rurales, ofreciendo incentivos a los inversores extranjeros. Pero en 2004, cuando Rumania se preparaba para unirse a la Unión Europea, terminó abruptamente estos incentivos para cumplir con la EU Normas sobre ayudas estatales. Esta decisión no sólo incumplió el TBI, sino que también dejó a los Miculas con importantes pérdidas financieras.

Lo que siguió fue una batalla de 20 años por la restitución que enfrentaría los principios del derecho internacional contra la postura cada vez más firme de la Unión Europea sobre su jurisdicción en las disputas entre inversionistas y Estados.

Una batalla entre el derecho internacional y el derecho europeo

En 2013, un tribunal de arbitraje establecido en virtud del Convenio CIADI del Banco Mundial falló a favor de los Micula y les concedió una indemnización significativa por las violaciones del tratado por parte de Rumania. Sin embargo, la Comisión Europea intervino y declaró que la compensación era ilegal según las normas de la UE sobre ayudas estatales.

A pesar de las objeciones de la Comisión, los tribunales del Reino Unido se pusieron del lado de los Micula y afirmaron su derecho a la compensación en 2020. Esta sentencia desencadenó más tensiones entre la UE y el Reino Unido, y la Comisión demandó a Gran Bretaña en 2024 por presunta violación de la Brexit Acuerdo de Retirada permitiendo que se proceda a la compensación. La respuesta de Gran Bretaña sigue siendo una pregunta abierta, especialmente en medio de su tensa relación política con el Tribunal de Justicia Europeo.

Un giro polémico: la sentencia del Tribunal General de 2024

El 2 de octubre de 2024, el Tribunal General de la UE ha aumentado la pena al ordenar a los hermanos Micula que devuelvan los 400 millones de euros que les habían sido concedidos. En una decisión sorprendente y controvertida, el tribunal también ha declarado a los hermanos personalmente responsables de la recuperación de los fondos.

Esta decisión representa un territorio jurídico inexplorado. Al aplicar retroactivamente las normas de la UE sobre ayudas estatales a un laudo arbitral internacional, la Comisión Europea intentó reinterpretar las conclusiones del Tribunal del CIADI. Al hacerlo, amplió el concepto de “ayuda estatal” para responsabilizar del reembolso no sólo a los Micula, sino también a cinco empresas afiliadas (ninguna de las cuales recibió la compensación en disputa).

Lo más alarmante es que la sentencia abre la puerta a que Rumania se apodere de los bienes personales de los hermanos Micula, incluidas propiedades y pensiones. Los críticos han calificado esto como una violación sin precedentes de las normas legales, que en la práctica “abre el velo corporativo” que protege a las personas de las responsabilidades incurridas por sus empresas.

Responsabilidad limitada bajo amenaza

Las implicaciones de la sentencia van mucho más allá de las Miculas. En virtud de la legislación rumana, tal como se define en la Ley Nº 31/1990, las entidades corporativas y sus accionistas gozan de claras protecciones en virtud del principio de responsabilidad limitada. Este marco legal, común en todos los Estados miembros de la UE, garantiza que los accionistas no sean personalmente responsables de las deudas corporativas, excepto en circunstancias extraordinarias y estrictamente definidas.

La Comisión Europea Decisión Sin embargo, el fallo elude estas protecciones. Al asignar retroactivamente la responsabilidad personal a los Micula, socava los principios establecidos del derecho corporativo y plantea interrogantes sobre la coherencia de las normas jurídicas de la UE.

“Esta decisión sienta un precedente peligroso”, dijo un experto legal familiarizado con el caso. “Si la Comisión Europea puede responsabilizar personalmente a los individuos de esta manera, crea un efecto disuasorio sobre la inversión extranjera en toda la UE”.

Un mensaje escalofriante para los inversores

En esencia, el caso Micula pone de relieve la tensión entre el ordenamiento jurídico interno de la UE y el marco más amplio del arbitraje internacional. Al hacer caso omiso de la clara base jurídica del Tribunal del CIADI para la indemnización por daños y perjuicios, sostienen los críticos, la UE está penalizando a los inversores por ejercer su derecho a recurrir a la justicia.

Las implicaciones son profundas. Durante décadas, los mecanismos de arbitraje internacional han brindado a los inversores una sensación de seguridad, ofreciendo un foro imparcial para resolver disputas con los Estados. Pero la gestión del caso Micula por parte de la UE ha puesto en duda la fiabilidad de estas protecciones dentro de sus fronteras.

“Esta decisión erosiona la confianza en la UE como destino seguro para la inversión extranjera”, dijo un analista de un importante bufete de abogados internacional. “Les indica a los inversores que sus derechos pueden quedar invalidados retroactivamente en pos de objetivos políticos”.

Esperando el próximo capítulo

Los hermanos Micula no se rinden. Recurrirán la sentencia, pero la sentencia podría tardar al menos un año. Es probable que este caso siga siendo una piedra de toque para los debates sobre la intersección del derecho de la UE y la legislación comunitaria. arbitraje internacional por algún tiempo, y sus resultados resonarán mucho más allá de Miculas, dando forma al futuro de las protecciones de los inversores en Europa y más allá.

The European Times

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