A medida que se acerca la Navidad de 2024, el arzobispo Luc Terlinden encarna un espíritu de esperanza y renovación que resuena profundamente en la comunidad católica de Bélgica. Con una formación arraigada en la humildad y la acción, las reflexiones y el liderazgo de Terlinden señalan una visión transformadora para la Iglesia, impregnada de misericordia, inclusión y fe.
Un líder de renovación
Nombrado arzobispo de Malinas-Bruselas en 2023, Luc Terlinden fue una elección inesperada pero bienvenida, ya que pasó de un simple sacerdocio al timón de la Iglesia católica de Bélgica. Guiado por su lema, Todos hermanos (“Todos hermanos”), su ministerio se ha centrado en fomentar la fraternidad, modernizar las prácticas de la Iglesia y abordar directamente los desafíos sociales.
En sus reflexiones navideñas, Terlinden se inspira en el nacimiento de Jesús en un entorno humilde, y destaca que la encarnación de Cristo representa la presencia duradera de Dios en medio de las luchas de la humanidad. Para el arzobispo, la Navidad es un profundo recordatorio de que la fe y la esperanza trascienden la adversidad, así como la Pascua sigue a la crucifixión.
Afrontar los desafíos con compasión
En una entrevista reciente, Terlinden destacó la misión permanente de la Iglesia de apoyar a los marginados, en particular a las víctimas de abusos. Basándose en dos décadas de reformas dentro de la Iglesia belga, ha defendido un mayor diálogo y acciones concretas, reconociendo el dolor del pasado y luchando por la rendición de cuentas y la sanación. Su compromiso con la tolerancia cero ante los abusos subraya una visión más amplia de la justicia y la reconciliación.
Una visión de inclusión y diálogo
Terlinden también aboga por una Iglesia más inclusiva, haciendo hincapié en el papel esencial de las mujeres en el liderazgo. Imagina una Iglesia basada en la dinámica familiar: menos jerárquica, más participativa y atenta a todas las voces. Su impulso al diálogo interreligioso, especialmente en medio de conflictos globales, lo ha posicionado como un constructor de puentes. Cabe destacar que ha propuesto iniciativas de paz conjuntas con líderes de otras religiones, como una peregrinación a Jerusalén, que simboliza la unidad a través de las divisiones religiosas.
La Navidad como llamada a la acción
El mensaje navideño del arzobispo va más allá de la reflexión espiritual y fomenta el compromiso activo. Insta a los creyentes a ser testigos del amor de Dios al abordar los desafíos sociales modernos, como la pobreza, el cambio climático y la polarización política. Basándose en sus encuentros personales, como el vibrante festival juvenil Hope Happening, destaca el poder de la acción colectiva para fomentar la solidaridad y la renovación dentro de la Iglesia y la sociedad.
Un símbolo de esperanza
En sintonía con el mensaje mundial de esperanza del Papa Francisco y la apertura de las Puertas Santas del Jubileo en esta Nochebuena, el liderazgo del Arzobispo Terlinden ejemplifica una Iglesia en transformación. Su llamado a celebrar el nacimiento de Cristo como fuente de esperanza y su compromiso con una Iglesia sinodal, inclusiva y orientada a la misión inspiran a los creyentes a mirar hacia el futuro con una fe renovada.
Mientras Bélgica y el mundo se preparan para celebrar la Navidad de 2024, la visión de Terlinden invita a todos a abrazar la temporada no solo como un momento de celebración, sino como un catalizador para la compasión, la unidad y el cambio.