OPINIÓN.- El Residente, es una serie médica de Netflix que destapa la corrupción médica en Estados Unidos. Surge en enero de 2018 y sus 107 capítulos terminan en 2023. En 6 temporadas construyen un argumento sólido desde la ficción sobre la mala ética sanitaria de las grandes corporaciones médicas, farmacéuticas, centros hospitalarios y grupos de médicos que solo piensan en facturar para obtener ganancias.
Lo interesante de la narrativa, creada por Amy Holden Jones, Haley Schore y Roshan Sethi, entre otros, es que puede denunciar cuestiones que al pasar “solo” en la distopía de la narrativa ficcional tienen pocas posibilidades de ser procesables: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.. Sin embargo, entre sus más de capítulos 100 Se incluyen, además, aproximaciones nada desdeñables a la realidad más oscura y siniestra de la medicina y su negocio, recogidas por los guionistas a través de conversaciones mantenidas con honestos médicos y enfermeras.
Un profesor de una universidad de Oregón me contó hace poco que un alumno suyo tuvo que ir a un consultorio médico para que le sacaran una astilla porque su seguro de mierda no lo cubría. En otro consultorio le dieron, como si fuera un regalo, un algodón absorbente y unos alcohol para que él mismo pudiera hacerlo, algo que al final tuvo que hacer sin ningún control médico ni la asepsia requerida. Este drama afecta a millones de estudiantes que están dramáticamente excluidos del sistema de salud. Tal vez los demócratas y republicanos deberían limar asperezas en este tema sentándose a hablar de ello.
El residente, fue cancelada en enero de 2023 con una audiencia estable y fiel. Los productores tienen claro que dicha cancelación podría tener que ver con presiones de grupos mediáticos vinculados a los clanes médicos más importantes del momento.
Uno de los temas más destacados de las dos primeras temporadas tiene que ver con células cancerosas y el negocio detrás de la supuestas terapias de remisión, Uno de los médicos del Chastain Park Memorial Hospital de Atlanta, el hospital de nombre ficticio donde se desarrollan las distintas tramas, es propietario de una serie de centros relacionados con el cuidado de pacientes terminales de cáncer donde se administra quimioterapia. En relación con este tema, en la vida real, el profesor de medicina y droga análisis Peter C. Gotzsche, autor, entre otros libros, Cómo sobrevivir en un mundo sobremedicado cuenta la historia de un familiar suyo de 64 años con cáncer de páncreas metastásico, diagnosticado como incurable, que estuvo dispuesto, como tantos otros pacientes al ser informado de su condición, a hacer todo lo posible para intentar vivir un poco más, …se sometió a veintisiete tratamientos de radiación en Dinamarca, tras consultar cada vez a un médico diferente. Luego fue operado en Alemania, gracias a un acuerdo entre dos hospitales, uno danés y otro alemán, donde le aplicaron un tratamiento experimental en el que el médico que lo atendió …experimentó mezclando glóbulos blancos con células cancerosas y reintroduciéndolas en el paciente mediante inyecciones mensuales para fortalecer su sistema inmunológico. Este último tratamiento, que se llevó a cabo tras la intervención en Alemania, no fue gratuito y cada inyección costó un dineral. Un año y medio después de iniciar este viaje, falleció un familiar de Peter. Los médicos siempre le han afirmado a él y a otros pacientes que todo tratamiento de quimioterapia prolonga la vida. (1).
En diferentes partes del mundo, no sólo en EEUU, las autoridades sanitarias aprueban medicamentos contra el cáncer sin saber exactamente cuáles serán los resultados de su aplicación. Todo ello ocasiona un gran gasto al sistema sanitario y a los propios pacientes y familiares, que muchas veces acaban endeudados. ¿Quiénes ganan? Las compañías farmacéuticas que elaboran estos compuestos y una serie de comisionistas médicos y hospitales que, al aplicarlos indiscriminadamente para alargar unos meses la vida del paciente, obtienen cuantiosos ingresos o enormes beneficios. El residente, De manera magistral, nos muestra la corrupción que estamos describiendo de una forma visual sorprendente.
El Dr. Andrew Wakefield publicó en la década de 2010 un estudio riguroso, donde aparentemente los CDC (Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades) en los Estados Unidos, habría decidido ocultar –con la ayuda de científicos corruptos y asociaciones médicas, laboratorios y medios de comunicación vinculados al poder– la relación entre el mercurio de las vacunas y diversas patologías neuronales, especialmente en niños. Fue procesado profesionalmente por realizar este estudio. Tiempo después, el Dr. William W. Thomson, epidemiólogo del CDC, que participó en el encubrimiento, admitió que había sido real. (2).
En todo el planeta se están estudiando los peligros de los medicamentos que tomamos, aunque habitualmente se tomen sin receta médica. y sin consultando a nuestros farmacéuticos, se difunden constantemente . No olvidemos que las farmacias son tiendas que venden productos y que con cada pastilla que nos dan ganan dinero. En mi caso, soy hipertenso y cuando conseguimos encontrar la pastillita que me podía ayudar a bajar la tensión, tras tres intentos, lo primero que me aconsejó mi médico de cabecera fue que no leyera las indicaciones de los efectos secundarios que podía producir. Sin embargo, para que nos hagamos una idea, sin entrar en el tema, que desarrollaré más adelante, Joan Ramón-Laporte, catedrático de Terapéutica y Farmacología Clínica de la Universidad Autónoma de Madrid, nos ha comentado que, en el caso de las farmacias, la presión arterial es muy baja. Barcelona (UAB), comentó en su libro Crónica de una sociedad intoxicada… ¿Cómo se manifiestan los efectos adversos? ¿Cuáles son las enfermedades que provocan las drogas? Y detrás de estas dos sencillas preguntas empezó a confeccionar una extensa lista de la que sólo mencionaré unas líneas: …urticaria, dolor de estómago, diarrea, mareos, pérdida de equilibrio, amnesia, taquicardia, sudoración, sensación de ahogo, infecciones, infarto, ictus, depresión, caídas, fracturas, cáncer… Prácticamente todas las patologías pueden ser causadas por fármacos. ( 3).
Puede que no seamos conscientes de a dónde nos lleva lo que leemos, pero si nos diagnostican una enfermedad, sea la que sea, y nos medican más, entramos en una rueda en la que nuestro sistema se deteriora y se debilita cada vez más. Caer, pues, en la rueda de la sobremedicación es fácil y puede acabar con nuestra propia vida.
El residente, La serie de la que hablamos, destaca, como ya hizo la mítica serie Casa, sobre el diagnóstico. ¿Estamos bien diagnosticados con lo que tenemos? Taxativamente no. Volviendo al libro de Peter C. Gotzsche Cómo sobrevivir en un mundo sobremedicado En su introducción nos deja el siguiente párrafo que debería quedar grabado en el corazón de los pacientes que visitan regularmente a sus médicos: Deseo mucha suerte a los pacientes que dejan todas las decisiones en manos de sus médicos, porque la necesitarán. Los médicos cometen numerosos errores de juicio, a menudo porque son ignorantes y utilizan demasiados medicamentos. Vivimos en un mundo tan sobrediagnosticado y sobretratado que, en los países más ricos, son la tercera causa de muerte después de las enfermedades cardíacas y el cáncer. Peter también comenta que se ha descubierto que Los errores médicos, como los debidos a la medicación y otras razones, son la tercera causa de muerte en el mundo, incluso si contamos sólo las muertes en hospitales, la mayoría de las cuales son evitables.
En resumen, la serie El residente, desde la plataforma Netflix, narra aspectos sombríos sobre el mundo de la medicina, por supuesto sin sobrecargar al extremo la denuncia, imposible en una sociedad donde el control de las grandes corporaciones a través de sus los grupos de presión es parte de la industria del entretenimiento y de los medios de comunicación, controlando así parte de lo que se dice, cómo se dice y cuándo se dice. Aunque esto último no es sólo el caso de Estados Unidos.
(1 y 3) Como sobrevivir a un mundo sobremedicado, por Peter C. Gotzsche, Roca Editorial de Libros, SL ISBN: 9788417541552
(2) Discovery DSALUD, nº 177 – Diciembre 2014