Sólo en el Reino Unido se han eliminado más de 47,000 toneladas de azúcar de los refrescos desde que las autoridades introdujeron un sistema de dos niveles de impuestos adicionales sobre ellos en 2018. Sus productores estaban obligados a pagar al Tesoro 18 peniques por cada cinco gramos de azúcar que ponga 100 mililitros, e incluso 24 peniques para cantidades mayores. Para evitar el impuesto, algunos de ellos redujeron el uso de azúcar y desarrollaron recetas con sustitutos del azúcar más saludables.
Se suponía que el impuesto reduciría el consumo de azúcar en el Reino Unido en un 20%, pero lamentablemente este objetivo aún no se ha alcanzado. Sin embargo, hay un cambio positivo. Si antes una de cada dos bebidas en la red comercial tenía cinco gramos de azúcar por cada cien mililitros, ahora es sólo el 15%.
Un estudio de la Universidad de Cambridge demuestra que el impuesto al azúcar realmente ha logrado algo serio. Redujo la obesidad entre niñas de 10 a 11 años en un ocho por ciento, y también el número de dientes extraídos debido a caries.
El impuesto es parte de un paquete más amplio de medidas que incluye la prohibición de que los supermercados coloquen chocolates y otras golosinas a la altura de los ojos de los niños cerca de las cajas. Además, a partir del próximo año no se les permitirá hacer ofertas tentadoras sobre alimentos poco saludables.
Para otros, el impuesto no afecta sus hábitos de compra.
Casi uno de cada cinco adolescentes en Europa beber refrescos azucarados todos los días, lo que se cree que es uno de los factores detrás de la obesidad adolescente en el Viejo Continente. Es por eso que la Organización Mundial de la Salud recomienda desde hace tiempo que se graven los alimentos azucarados, y unos 50 países ya lo han hecho.
Foto ilustrativa de Suzy Hazelwood: https://www.pexels.com/photo/close-up-photo-of-sugar-cubes-in-glass-jar-2523650/