En un giro de los acontecimientos en la política estadounidense, el presidente Joe Biden ha anunciado que no buscará la reelección en 2024. Su anuncio, compartido en los medios de comunicación este domingo por la tarde, da a Donald Trump una ventaja significativa en la próxima carrera presidencial.
Las preocupaciones sobre la capacidad de Biden para liderar otra campaña a la edad de 81 años llegaron a un punto crítico después de un debate televisado con Trump el 27 de junio durante el cual Biden mostró signos de fatiga cognitiva. A continuación, destacados demócratas, incluido el expresidente Barack Obama, pidieron abiertamente que Biden dimitiera.
En un mensaje publicado en línea, Biden afirmó:
La elección de Biden también estuvo influenciada por recientes errores públicos durante eventos y apariciones, como en la cumbre de la OTAN que conmemoraba su 75º aniversario, donde se refirió erróneamente al presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy como “presidente Putin” y a su propia vicepresidenta, Kamala Harris, como “vicepresidenta”. Triunfo."
La presión alcanzó su punto máximo cuando un notable artículo de opinión de George Clooney, partidario del Partido Demócrata, fue publicado en el 'New York Times' sugiriendo que Biden podría enfrentar desafíos en su carrera contra el tiempo.
La situación se volvió más compleja cuando Biden dio positivo por COVID-19, lo que llevó a su recuperación en su casa de Delaware. A pesar de los planes del Partido Demócrata de asegurar su nominación mediante una votación virtual antes de la convención de Chicago, Biden finalmente decidió dar un paso atrás.
La retirada de Biden ha desencadenado discusiones sobre quién lo sucederá. La vicepresidenta Kamala Harris parece ser una contendiente y potencialmente podría hacer historia como la primera mujer presidenta de los Estados Unidos. No obstante, otros demócratas notables como el gobernador de California, Gavin Newsom, y la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, también han surgido como candidatos.
Este giro de los acontecimientos marca un momento en la política estadounidense mientras el Partido Demócrata enfrenta incertidumbre a pocos meses de las elecciones de 2024. Las repercusiones de esta retirada podrían tener efectos de largo alcance, tanto en el panorama político interno como en la dinámica de poder global.