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Juan Sánchez Gil - en The European Times Noticias - Sobre todo en las líneas de fondo. Informar sobre temas de ética corporativa, social y gubernamental en Europa e internacionalmente, con énfasis en los derechos fundamentales. También dando voz a los que no son escuchados por los medios generalistas.
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La demanda de los psiquiatras españoles no logra amordazar a los defensores de los derechos humanos.
El Tribunal Supremo de España afirma en su sentencia 960/2024 del Pleno de la Sala de lo Civil, que el debate público en el que participan CCHR Internacional y CCDH España son de "indudable interés general" y por ello ha rechazado las pretensiones de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP) de amordazar a este grupo de vigilancia de la salud mental, afirmando el Tribunal Supremo que:
Acusados de delincuentes, narcotraficantes, precursores del genocidio, y más
La Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM/antes SEP) encontró Otro portazo sonoro de la puerta de la justicia, que ha vuelto a fallar a favor de las asociaciones vinculadas a la Iglesia de Scientology y su derecho a criticar los abusos, confirmando así la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid.
El litigio se remonta mucho tiempo atrás, justo antes de la COVID-19, cuando una serie de psiquiatras decidieron que no podían permitir más críticas a los abusos que se producen en sus filas, tal y como muestran las páginas web de la Commission Ciudadanade Derechos Humanos de España (CCDH) y de la Citizens Commission on Human Rights International (CCHR), atacando duramente los abusos.
La letanía de palabras duras y crudas contra los psiquiatras no tiene desperdicio y ha sido recogida en las sucesivas sentencias sobre este caso. Según la denuncia original de la SEP, en las páginas web de las asociaciones vinculadas a la Iglesia de Cienciología se decía que:
La sentencia en sus textos recoge por un lado los materiales de video donde CCHR muestra sus evidencias y contundentes declaraciones, opiniones y preocupaciones:
Y también el "material informativo" que se encuentra en la página web https://www.ccdh.es) de la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos de España (CCDH) donde hay 19 folletos con títulos muy contundentes, como por ejemplo Drogando a los niños. Psiquiatría destruyendo vidas; Sujeciones mortales. Agresión "terapéutica" psiquiátrica; La Brutal Realidad. "Tratamientos" psiquiátricos nocivos. Informe y recomendaciones sobre las prácticas destructivas del electroshock y la psicocirugía, y muchos otros que puedes leer al final del artículo (*).
A pesar de todo lo anterior, y de otros pocos casos documentados, análisis y opiniones, la Sociedad Española de Psiquiatría no dudó en interponer una demanda contra las asociaciones para impedir que pudieran documentar y expresar su preocupación por los abusos, por intromisión ilegítima en el derecho al honor de sus asociados por la difusión a través de sus páginas web de las citadas declaraciones. Sin embargo, en esta batalla entre el derecho al honor y el derecho a la libertad de expresión, los psiquiatras han perdido.
El viernes, el Pleno de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo desestimó la demanda de protección del derecho al honor y consideró que la Audiencia Provincial de Madrid había ponderado correctamente los criterios jurisprudenciales para resolver el conflicto entre la libertad de expresión y el derecho al honor.
También hay algunos Psiquiatras que denuncian los abusos de sus colegas
La sentencia del Tribunal Supremo estableció que:
Reconoce que "Las publicaciones cuestionadas versan sobre una materia de indudable interés general", como "determinadas prácticas psiquiátricas y, en concreto, sobre internamientos involuntarios, uso de drogas psicotrópicas, en especial cuando los pacientes son niños o adolescentes, o tratamientos quirúrgicos o electroconvulsivos".
La sentencia del Pleno admite que las opiniones y juicios de valor por los que se llevan a los tribunales "no están desprovistas de una base fáctica suficiente". Consideran "relevante" que tales prácticas "no se refieran a personas concretas, identificables con sus datos personales". Y afirman que, "pese a la crudeza de algunas de sus expresiones (... ), su contenido está directamente conectado con el debate público en una sociedad democrática (...) Y se enmarca en la conducta observada por CCDH de intervenir activamente en el debate social sobre la psiquiatría a través de sus publicaciones".
La sentencia también señala que:
De acuerdo con la jurisprudencia del TEDH, recogida en la sentencia del Tribunal Supremo, las manifestaciones cuestionadas sólo pueden afectar al honor o reputación de los colegiados si se supera un determinado "umbral de gravedad" o "nivel de gravedad", que en este caso "no se alcanza porque, si bien existe homogeneidad en el grupo social afectado por las publicaciones en cuestión (los profesionales de Psiquiatría), no concurren las notas de vulnerabilidad, antecedentes de estigmatización o situación social desfavorable. "
Las publicaciones abordan un debate de “indudable interés general” dice el Tribunal Supremo
En cuanto al contexto en el que se realizan las declaraciones cuestionadas y, aunque "algunas podrían considerarse excesivas", reconoce el Tribunal, la conducta de CCDH al realizar estas publicaciones "se enmarca en un debate público de gran trascendencia en la sociedad actual", por lo que, "acordar la eliminación de dichas publicaciones supondría una restricción excesiva de la libertad de expresión que no estaría justificada por una necesidad social imperiosa".
David contra Goliat y la realidad objetiva que prevalece en los tribunales
Parece que Arango hubiera querido convertirlo en una guerra religiosa, sintiendo como si los psiquiatras fueran el Pueblo Elegido de Dios, y los miembros de la Cienciología (que fundaron el CCHR para denunciar los abusos en el campo de la salud mental) fueran los filisteos, retratados bíblicamente como opositores al pueblo de Dios. Afortunadamente, en la sociedad se cree que Dios no está con los que imponen psicofármacos, ni con los que imponen electroshock, lobotomías, ni siquiera con los que internan involuntariamente a personas en hospitales psiquiátricos, en total violación de las directrices de la OMS y de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
Sin embargo, hay algo que Arango profetizó con acierto en su carta de febrero de 2022: "la realidad objetiva se impone en los juzgados".
El Tribunal Supremo en su sentencia a) ha confirmado que los psiquiatras tienen "posibilidades de intervenir en el debate público y replicar las opiniones desfavorables" y b) ha confirmado y protegido el derecho del CCHR a participar en un debate público de tal trascendencia, como es el respeto a la dignidad y a los derechos humanos de quienes enteros visitan a los psiquiatras para obtener ayuda, en demasiadas ocasiones son traicionados con tratamientos fallidos, y más de cualquier número aceptable de veces sufren (cuando tienen suerte) abusos y torturas, frente a la muerte silenciosa por efectos secundarios de tratamientos bárbaros con la que terminan algunos otros.