El recientemente lanzado Informe de la Asociación Alto al Genocidio Amhara y de la Coordinación de Asociaciones y Particuleros para la Libertad de Conciencia (CAP LC) pinta un panorama profundamente inquietante de las atrocidades que se siguen cometiendo contra el pueblo amhara en Etiopía. La evidencia presentada apunta a una campaña sistemática de violencia, desplazamiento forzado y borrado cultural que equivale a genocidio.
En esta entrevista, hablaré con Yodith Gideon, representante de Stop Amhara Genocide, para obtener más información sobre la situación sobre el terreno, los desafíos que enfrenta la comunidad Amhara y los pasos que se deben tomar para detener este genocidio y garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores.
Robert Johnson : El informe detalla numerosos incidentes de masacres, asesinatos selectivos y atrocidades cometidas contra el pueblo amhara. ¿Cuáles son los factores clave que impulsan esta violencia y genocidio sistemáticos contra la comunidad amhara en su evaluación?
Detener el genocidio de Amhara (Yodith Gideon): Al comprender la violencia sistemática contra el pueblo amhara, emerge una narrativa sombría de lucha por el poder y manipulación de recursos. Las raíces de esta crisis se remontan a la anexión de tierras vitales amhara, en particular Welkait Tegede, Telemit y Raya, por parte del Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF) tras su ascenso al poder hace 34 años. Estas regiones, ricas en tierras fértiles cruciales para los amhara en Gonder y Wello, fueron tomadas estratégicamente para reforzar el control y el acceso a los recursos del TPLF.
Además, las tácticas de divide y vencerás del TPLF se extendieron más allá de la anexión territorial. En Gojam, las tierras tradicionales amhara se dividieron en dos, dando origen a la región de Benishangul Gumuz, donde los amhara constituyen una minoría en medio de un mosaico de otros ocho grupos étnicos. Esta región, hogar de la controvertida presa Renaissance, simboliza no sólo una oportunidad económica sino también una táctica geopolítica. Al crear una mezcla demográfica favorable a sus intereses, el TPLF aseguró un punto de apoyo en la región, salvaguardado por una reserva de grupos étnicos no amhara.
La salida del poder del TPLF en 2018 no anunció el fin de las tribulaciones de los amhara. El ascenso de la facción Oromo ha traído su propio tipo de agitación, marcada por la limpieza étnica y la ingeniería demográfica. Las reuniones secretas revelan intenciones siniestras, con planes de sustituir a los habitantes amhara por oromos, con el objetivo de inclinar la balanza demográfica a su favor. Esta maniobra calculada no tiene que ver simplemente con el poder; es un paso estratégico hacia una posible secesión, asegurando una región libre de la influencia amhara.
En este paisaje volátil, el pueblo amhara se encuentra atrapado entre facciones rivales, y su propia existencia está amenazada por maquinaciones políticas y conflictos étnicos. Para romper este ciclo de violencia, Etiopía debe enfrentar estas dinámicas de poder arraigadas, salvaguardar los derechos de todos sus ciudadanos y fomentar una gobernanza inclusiva que trascienda las divisiones étnicas. Sólo entonces podrá la comunidad amhara, y de hecho todos los etíopes, tener esperanza en un futuro libre del espectro de la violencia y la persecución.
Robert Johnson : El informe destaca la respuesta inadecuada e incluso cómplice del gobierno etíope a la crisis actual. ¿Qué acciones o inacciones específicas del gobierno han exacerbado la situación y cuáles son las implicaciones de esta falta de rendición de cuentas?
SAG : La inacción y la complicidad del gobierno en la crisis sólo han alimentado su escalada. Dado que el autor es el gobierno, la rendición de cuentas sigue siendo difícil de alcanzar, lo que perpetúa un ciclo de impunidad y pone en peligro aún más a las comunidades afectadas.
Robert Johnson : El informe presenta un panorama desgarrador de la crisis actual, con numerosos incidentes documentados de masacres, asesinatos selectivos, desplazamientos forzados y destrucción deliberada de las comunidades y el patrimonio cultural amhara. También destaca la respuesta inadecuada e incluso cómplice del gobierno etíope, así como la compleja relación entre el conflicto de Tigray y el genocidio de Amhara.
SAG : La génesis del conflicto de Tigray surgió de una lucha de poder entre el TPLF y el Partido Demócrata Oromo (ODP), las alas tigrayana y oromo del partido gobernante EPRDF. Mientras el pueblo etíope exigía un cambio tras décadas de abusos sistemáticos, el TPLF finalmente cedió su monopolio de poder al ODP, con la esperanza de apaciguar el descontento público. Sin embargo, cuando el ODP asumió inesperadamente el poder, el TPLF se negó a ceder, lo que desató una guerra por el control.
Durante el conflicto entre la administración de Abiy y el TPLF, ambos bandos maniobraron estratégicamente para debilitar a la población amhara. Sorprendentemente, los soldados amhara a menudo eran enviados a la guerra con municiones mínimas. Hay informes de casos en los que a dos hombres amhara sólo se les dio un arma y 40 balas entre ellos. Esto los dejó vulnerables y mal preparados para defenderse de las bien armadas fuerzas del TPLF.
Además, el 80% de las armas de Etiopía estaban almacenadas en Tigray, lo que daba al TPLF una ventaja significativa. Por tanto, los soldados amhara se encontraban en grave desventaja, al enfrentarse a un enemigo mejor equipado y con recursos limitados.
Además, hubo casos en los que el ejército federal abandonó sus armas pesadas, creando un vacío que los soldados del TPLF podían explotar. Los soldados a los que se les preguntó por qué abandonaron la zona informaron que se les ordenó abandonar las armas y abandonar la zona sin hacer preguntas. Este abandono de las armas no sólo facilitó la agresión del TPLF sino que también dejó a los civiles amhara indefensos frente a la violencia y las atrocidades consiguientes.
Además, hubo informes de hombres amhara que fueron reclutados por la fuerza y luego emboscados y asesinados en el camino a la zona de guerra.
Esta manipulación estratégica del conflicto no sólo perpetuó la violencia sino que también provocó un inmenso sufrimiento y pérdida de vidas entre la población amhara. Subraya la urgente necesidad de rendición de cuentas y de una intervención internacional decisiva para detener las atrocidades y llevar a los perpetradores ante la justicia.
Robert Johnson : El informe enfatiza los ataques contra la Iglesia Ortodoxa Etíope y su clero como parte de un ataque más amplio a la identidad y cultura amhara. ¿Cuál es el significado de estos ataques y cómo puede la comunidad internacional ayudar a proteger la libertad religiosa y salvaguardar el patrimonio cultural en Etiopía?
SAG: El ataque deliberado contra la Iglesia Ortodoxa Etíope y su clero es un aspecto preocupante del ataque más amplio a la identidad y cultura amhara. Estos ataques tienen un significado profundo más allá de la persecución religiosa; representan un esfuerzo calculado para socavar el tejido mismo de la sociedad amhara, erosionando su herencia cultural y su sentido de identidad.
La Iglesia Ortodoxa Etíope tiene una inmensa importancia cultural e histórica para el pueblo amhara, ya que ha servido como piedra angular de su identidad y vida comunitaria durante siglos. Al atacar a la Iglesia y su clero, los perpetradores pretenden desestabilizar y quitar poder a la comunidad amhara, infundiendo miedo y sembrando división.
Además, estos ataques a instituciones religiosas son parte de una estrategia más amplia para reprimir la disidencia y controlar la narrativa, silenciando las voces que abogan por los derechos humanos y la justicia social. Al socavar la libertad religiosa, los perpetradores buscan imponer su propia ideología y suprimir puntos de vista alternativos, exacerbando aún más las tensiones y perpetuando los ciclos de violencia.
A la luz de estos alarmantes acontecimientos, la comunidad internacional tiene un papel crucial que desempeñar en la protección de la libertad religiosa y la salvaguardia del patrimonio cultural en Etiopía. Esto incluye esfuerzos diplomáticos sólidos para presionar al gobierno etíope para que cumpla con sus obligaciones bajo el derecho internacional y respete los derechos de todos sus ciudadanos, independientemente de su afiliación religiosa o étnica.
Robert Johnson : El informe pide una intervención internacional urgente y una investigación independiente sobre las atrocidades. ¿Qué acciones específicas cree que debería tomar la comunidad internacional, incluidas las Naciones Unidas y los Estados miembros, para detener el genocidio amhara y garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores?
SAG : Por supuesto, se necesita una acción urgente por parte de la comunidad internacional para abordar las atrocidades que se están cometiendo contra el pueblo amhara. Ya es hora de que el mundo dé un paso al frente y adopte medidas significativas para detener el genocidio de Amhara y garantizar la rendición de cuentas de los perpetradores.
La dedicación de los Amhara Fanos en la defensa de su pueblo es encomiable y resalta la urgente necesidad de una representación y protección genuinas de la comunidad Amhara. Es imperativo contar con un liderazgo que dé prioridad a la seguridad y el bienestar de todos los etíopes, independientemente de su origen étnico. Tal como lo ha demostrado la historia con el rechazo de los dirigentes nazis, debe haber responsabilidad por cualquier elemento criminal dentro del gobierno. La comparación con el partido nazi es conmovedora, ya que representa un régimen responsable de un genocidio horrendo. Todo el sistema de gobierno debe rendir cuentas por sus acciones, y el pueblo amhara, como todos los etíopes, merece un liderazgo que defienda los derechos humanos y garantice su protección sin depender de fuerzas externas de mantenimiento de la paz. Por encima de todo, el pueblo amhara necesita una verdadera representación que defienda su derecho a la vida.
Tenemos que recordar que los perpetradores controlan el gobierno, por lo que se vuelven imperativas estrategias alternativas. En primer lugar, debemos empoderar a los movimientos de resistencia locales, como los Amhara Fanos, proporcionándoles recursos y asistencia estratégica para proteger a sus comunidades. En segundo lugar, abogar por la investigación y el enjuiciamiento de los perpetradores por parte de la Corte Penal Internacional puede garantizar la rendición de cuentas por las atrocidades. En tercer lugar, las sanciones selectivas contra personas involucradas en genocidio, un embargo de armas y la intervención humanitaria como último recurso pueden afectar directamente la capacidad de los perpetradores para continuar con sus acciones. También es crucial involucrar a socios regionales y documentar los abusos contra los derechos humanos mientras se genera conciencia. Es un enfoque multifacético que exige un esfuerzo sostenido, pero al llevar a cabo estas acciones colectivamente, podemos trabajar por la justicia y evitar más pérdidas de vidas.
Está claro que el pueblo amhara se enfrenta a una amenaza existencial, con su propia identidad y existencia en juego. La comunidad internacional debe prestar atención al llamado urgente a la acción esbozado en el informe y tomar medidas decisivas para detener el genocidio, proteger a los vulnerables y responsabilizar a los perpetradores. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras se pierden vidas inocentes y se borra un rico patrimonio cultural. Es nuestro imperativo moral solidarizarnos con el pueblo amhara y trabajar incansablemente para garantizar un futuro en el que puedan vivir en paz, dignidad y seguridad.