En 1844, un comerciante persa de 25 años llamado Sayyed ʿAlí Muḥammad Shírází tuvo una realización. Asumió el título de Marioneta, que significa portal o puerta, y comenzó a predicar a través de sus cartas y libros de la inminente llegada de una figura mesiánica, “Aquel a quien Dios hará manifiesto”. Al igual que el presagio de Jesucristo por parte de Juan el Bautista, el mensaje del Báb tocó una fibra sensible y en pocos años acumuló miles de seguidores. El gobierno persa, sintiéndose amenazado por el nuevo movimiento, lo encarceló y ejecutó en 1850. Sin embargo, el movimiento creció y en 1863 un seguidor del Báb, Bahá'u'lláh, afirmó que él, de hecho, era ese profeta.
Encarcelado y en el exilio durante la mayor parte de su vida, Baháʼu'lláh, no obstante, produjo más de 18,000 XNUMX obras escritas que comprenden, junto con las revelaciones del Báb, las escrituras y las enseñanzas de la religión conocida como Fe baháʼí.
El Fe bahá'í cree en tres unidades: Dios, Religión y Humanidad. Los baháʼís enseñan que la fe es algo progresivo, que a lo largo de las edades varios mensajeros de Dios han aparecido en la Tierra—Abraham, Moisés, Jesús, Mahoma y demás—con sus propias revelaciones. Por lo tanto, existe un orden y una unidad entre todas las religiones y, a su vez, entre todas las razas, nacionalidades y culturas del mundo. El “alma racional” del ser humano, el Creencia baháʼí, nos permite a todos reconocer nuestra relación con el creador y que la manera de acercarnos a él a través de las diversas religiones es a través de la oración, la práctica espiritual y el servicio a los demás.
El regalo de la Fe baháʼí es una práctica religiosa acogedora que reconoce y honra todas las religiones que le han precedido. De hecho, los símbolos de muchas religiones se pueden ver inscritos en los pilares de las diversas Casas de Adoración baháʼí de todo el mundo, desde Wilmette, Illinois, hasta Sydney, Australia, y Haifa, Israel.
No es de extrañar, entonces, que los miembros de la fe baháʼí trabajen contra los prejuicios en todas sus formas, defiendan la hermandad y la igualdad de todas las razas, luchen contra la pobreza y tomen literalmente la orden de Baháʼu'lláh: "Que tu visión abarque el mundo".
Al perseguir la meta de un mundo en paz como resultado de un concepto unificador del futuro de la sociedad y de la naturaleza y el propósito de la vida, los baháʼís trabajan en estrecha colaboración con los gobiernos y el sector privado. los Comunidad Internacional Baháʼí (BIC) es una organización que representa a los baháʼís, constituida con las Naciones Unidas en 1948 y que ahora tiene afiliados en más de 180 países y territorios.
El BIC se esfuerza por “promover la paz mundial mediante la creación de las condiciones en las que la unidad emerge como el estado natural de la existencia humana”. En consecuencia, el BIC trabaja con sus socios gubernamentales y no gubernamentales para desarrollar una civilización unida y sostenible, junto con los derechos humanos, el adelanto de la mujer, la educación universal, el fomento del desarrollo económico justo y la protección del medio ambiente.
El BIC tiene oficinas en la ONU en Ginebra y Nueva York, tiene estatus de consultor con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC), y trabaja en estrecha colaboración con otras agencias, incluida la Organización Mundial de la Salud (OMS). y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM).
El regalo de la Fe baháʼí es una visión de paz mundial y unidad entre todas las religiones, todas las razas y culturas, y un trabajo activo para hacer realidad esa visión, todo de acuerdo con las palabras de su profeta, Baháʼu'lláh:
“Si los hombres eruditos y mundanos de esta época permitieran que la humanidad inhalara la fragancia del compañerismo y el amor, todo corazón comprensivo comprendería el significado de la verdadera libertad y descubriría el secreto de la paz imperturbable y la compostura absoluta”.